Por: Lic. Adalia Cantú Berrueto.
Mucho se habla en estos tiempos de “ser verde”, pero ¿qué es ser verde? paneles solares, parques eólicos (porque hasta ahí llega el marketing de energía verde) autos Tesla; y así, cada vez más marcas o empresas se van sumando a la demanda de producir con energía 100% verde.
Y ojo, no hablan de energías limpias, sino porque así me lo piden mis clientes. “mi cliente número uno me dijo que si no producimos con energía 100% verde, no nos comprarían”: me lo confesó un proveedor importante de la industria automotriz de Ramos Arizpe, Coahuila.
Otro señala sin tapujos: “En un empaque de tostadas de estas light, hacemos nuestros productos con energía 100% verde”.
Alguien dirá, pues las energías verdes son limpias ¿no? Pues sí, pero no todas las energías limpias son verdes (al menos eso es lo que dicen). ¿Cuál es cuál? parques eólicos, parques fotovoltaicos, hidroeléctricas, mareomotriz, geotérmica; según el artículo 3 fracción XXII de la Ley de la Industria Eléctrica y de acuerdo a la Ley de Transición Energética, las energías renovables o verdes son el viento, la radiación solar, hidroeléctrica, mareomotriz, geotérmica y los bioenergéticos que la ley indique.
Hace unas semanas un parque eólico en Chayenne, Wyoming, se declaró culpable de haber matado al menos 150 águilas calvas, -especie que recién fue removida de la lista de especies protegidas en Estados Unidos luego de una recuperación espectacular de su destrucción generalizada debido a pesticidas nocivos- teniendo como consecuencia el pago de una multa de $8 millones de dólares.
Para obtener energía del mar, es necesario instalar grandes máquinas que generen energía eléctrica con el movimiento de las olas, algo que afecta a la flora y fauna marina ya que altera su hábitat natural.
La realidad es que todas las energías, por más verdes o limpias que sean, dejan alguna huella o daño; y que conste que aquí no estamos en contra de las energías verdes, de hecho, en lo personal soy muy pro de la energía nuclear, muy barata, muy eficiente y cero intermitencias, pero ya de eso hablaremos en otra ocasión.
La idea es concientizar a que no porque diga verde, ya salvamos al planeta, a que no porque sea verde sea incapaz de hacerle algún daño a la naturaleza y que todos en nuestras acciones diarias podemos hacer algo por la energía que ya está generada, sea más eficiente.
Crear conciencia de que por cada kW de energía renovable que se genere, debe existir el mismo número de kW generados de energía convencional; eso es lo que pide el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) para garantizar la continuidad del sistema eléctrico nacional. ¿Pero por qué esta sin razón?, porque CENACE despacha primero las energías más baratas (verdes) y así sucesivamente ciclo combinado, hasta terminar en las menos eficientes, las va subiendo a la red eléctrica. Diariamente, los generadores mandan su “pronóstico” de un día antes de la cantidad de kW que van a generar y así CENACE organiza el despacho, pero qué pasa si al parque fotovoltaico le pega el “efecto nube” -que hace que la energía que se genere no tenga la misma fuerza-, pues debe existir un generador convencional (ciclo combinado por ejemplo) que “entre al quite” para garantizar la continuidad, confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico nacional.
Como dije, la idea aquí no es satanizarlas, la ideas crear conciencia, apagar las luces cuando sales de tu cuarto, no tener prendido el aire acondicionado y tener las puertas abiertas, dejar de abrir y cerrar el refrigerador solamente porque “tengo antojo de algo”, entender que no por que tenga paneles solares en casa, significa que “deje todo prendido porque no pago luz”. Este es el error más común que comete la gente hasta que llega el recibo de electricidad, donde la CFE tuvo que entrar “al quite” por que te pasaste de tu demanda máxima.
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